lunes, 3 de diciembre de 2012

DESEO


Hoy tengo deseo de encontrarte en la calle, 
y que nos sentemos en un café a hablar largamente 
de las cosas pequeñas de la vida, 
a recordar de cuanto tú fuiste soldado, 
o de cuando yo era joven y salíamos a recorrer juntos 

la ciudad, y en las afueras, sobre la yerba, nos echábamos 
a mirar cómo el atardecer nos iba rodeando. 
Entonces escuchábamos nuestra sangre cautelosamente 
y nos estábamos callados. 
Luego emprendíamos el regreso y tú te despedías siempre 
en la misma esquina hasta el día siguiente, 
con esa despreocupación que uno quisiera tener toda la[vida, 
pero que sólo se da en la juventud, 
cuando se duerme tranquilo en cualquier parte sin un pan 
entre el bolsillo, 
y se tienen creencias y confianzas 
así en el mundo como en uno mismo. 
Y quiero además aún hablarte, 
pues tú tienes dieciocho años y podríamos divertirnos esta 
noche con cerveza y música, 
y después yo seguir viviendo como si nada… 
o asistir a la oficina y trabajar diez o doce horas, 
mientras la Muerte me espera en el guardarropa para 
ponerme mi abrigo negro a la salida, 
yo buscando la puerta de emergencia, 
la escalera de incendios que conduce al infierno, 
todas las salidas custodiadas por desconocidos. 
Pero hoy no podré encontrarte porque tú vives en otra ciudad. 
Mientras la tarde transcurre 
evocaré el muro en cuyo saliente nos sentábamos 
a decir las últimas palabras cada noche 
o cuando fuimos a un espectáculo de lucha libre y al salir 
comprendí que te amaba, 
y en fin, tantas otras cosas que suceden.
   ~ Jaime Jaramillo Escobar.

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