viernes, 14 de septiembre de 2012


Blanco como el retrato que existe en mi recuerdo de cierto tiempo, tiempo como aquel que no pasaba y hoy avanza sin porqués, porqués que he olvidado como el sueño de aquel día, un día sin caras largas que exponía las sonrisas, sonrisas como las que compartimos en esos viajes, viajes en estrellas que navegaban sobre ideas, imágenes que jugaban a ser más, más que lo que sueñas con volverte cuando conquistes tus ideales, ideales que se desaprovecharon con el tiempo que se fueron a otras almas, a otros cuerpos, cuerpos destrozados en mis sueños mas profundos, profundos como plantas enterradas en la tierra, esa tierra como poseedora de malos pensamientos, pensamientos que se vuelven contra mi en estos momentos, momentos de tristeza eterna que desgastan en lo ilógico, ilógico como buscar en mi mente aquello que se perdió, que se perdió como el tiempo que pasó cuando abrazaba tu cálida voz, voz que siempre recordaba cuando aquel teléfono sonaba, sonaba como suena aquel demonio en mi mente, mente alterada por los sueños y por nada, nada como la manta que cubre la delgada línea entra la vida y la  muerte, muerte que me espera como si yo fuera su invitada, invitada a mi memoria desatendida a mis miedos mas reales, reales como son las emociones que me asesinan. 


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