lunes, 17 de septiembre de 2012

Le daría la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda


“Sé que es difícil no tratar de parecer obsesionado, pero quiero que te enteres de que tienes toda mi atención. Que me importas. Nunca imaginé que al tomarte de la mano iba a sentirme astronauta, ni que en un beso tuyo podría volar, pero ya ves, aquí estoy, con supernovas en el estómago. Porque estoy va más allá de sentir mariposas.
Y no sé si és que me lo imagino o en realidad pasa, pero siento que vuelo cuando bailo contigo, y que sólo podría sentirme perdido si me sueltas la mano. En serio, no hay peor ciego que el que no te quiera ver. Y yo me siento el más afortunado del mundo cuando veo que tú me miras a mí.

Le daría la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda, y al hacerlo, te contaría todo lo que ha sido de mí pensando en ti en el camino que tomé. Y te seguiría abrazando, y te diría que vales las vueltas al mundo que hagan falta para abrazarte por todos tus lados, y que no importa otra cosa que el momento en el que estoy contigo cuando me dedico a estar contigo de cualquier medio posible.

Te diría con la fuerza de mi corazón y con la delicadeza de un susurro en el oído que, pase lo que pase yo te voy a querer, a querer seguir abrazando. Te voy a seguir abrazando. Para que no te vayas te seguiré abrazando.”
J. Porcupine

viernes, 14 de septiembre de 2012


Blanco como el retrato que existe en mi recuerdo de cierto tiempo, tiempo como aquel que no pasaba y hoy avanza sin porqués, porqués que he olvidado como el sueño de aquel día, un día sin caras largas que exponía las sonrisas, sonrisas como las que compartimos en esos viajes, viajes en estrellas que navegaban sobre ideas, imágenes que jugaban a ser más, más que lo que sueñas con volverte cuando conquistes tus ideales, ideales que se desaprovecharon con el tiempo que se fueron a otras almas, a otros cuerpos, cuerpos destrozados en mis sueños mas profundos, profundos como plantas enterradas en la tierra, esa tierra como poseedora de malos pensamientos, pensamientos que se vuelven contra mi en estos momentos, momentos de tristeza eterna que desgastan en lo ilógico, ilógico como buscar en mi mente aquello que se perdió, que se perdió como el tiempo que pasó cuando abrazaba tu cálida voz, voz que siempre recordaba cuando aquel teléfono sonaba, sonaba como suena aquel demonio en mi mente, mente alterada por los sueños y por nada, nada como la manta que cubre la delgada línea entra la vida y la  muerte, muerte que me espera como si yo fuera su invitada, invitada a mi memoria desatendida a mis miedos mas reales, reales como son las emociones que me asesinan. 


viernes, 7 de septiembre de 2012

— “Instrucciones para llorar”


Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.
Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
 Julio Cortázar.